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¿MI MASCOTA TIENE MIEDO?

LOS MIEDOS DE NUESTRAS MASCOTAS

Nuestras mascotas pueden sentir miedo ante cualquier estímulo que perciban como una amenaza, ya sea un ruido fuerte, personas extrañas, otros perros o una situación desconocida.

MIEDOS

Debemos tener presente que el miedo es una respuesta natural y normal que presentan todos los animales, incluido el hombre.

 “Según estudios realizados en Estados Unidos, aproximadamente un 40% de los propietarios de perros observan en algún momento de la vida de su animal reacciones de miedo ante diferentes estímulos.”

Cuando un animal siente miedo es fácil saberlo pues su cuerpo sufre las siguientes reacciones: el corazón palpita a mayor velocidad, la respiración será más agitada, puede sufrir temblores y colocará el rabo bajo o entre las piernas. No debemos extrañarnos si ladra, gruñe o gime pero sí hay que tener cuidado si se comporta de manera agresiva pues, aunque el animal usa la agresión como último recurso, puede atacar si se siente acorralado o cree que no tiene otra alternativa.

Estas reacciones, además, van acompañadas de la postura típica de miedo: cuerpo agazapado contra el suelo, orejas hacia atrás, rabo caído o entre las patas, mirada atenta a la amenaza y tensión corporal.

MIEDO, FOBIA Y ANSIEDAD

El miedo es una respuesta consciente, racional y emocional (defecación, micción, temblores…) ante la cercanía de objetos o en situaciones que son vistas como peligrosas por el animal.

Si la reacción fuera desproporcionada, hablaríamos de fobia que se manifiesta cuando la reacción ante determinados estímulos es exagerada.

Por último, la ansiedad es un estado caracterizado por el aumento de la probabilidad de desencadenar reacciones emocionales iguales que las que causan el miedo, es decir, el animal está muy sensible y cualquier estímulo puede producir respuestas exageradas.

CAUSAS MÁS FREQUENTES DEL MIEDO EN NUESTRAS MASCOTAS

Podemos englobar los estímulos que generalmente provocan miedo en los perros en dos grupos: naturales y aprendidos:

A. NATURALES: son estímulos ante los cuales, evolutivamente, el animal debe reaccionar de la manera más apropiada para aumentar su supervivencia. Entre ellos, los más habituales son:

1. Peligros o riesgos físicos y/o ambientales, como los ruidos secos de elevada intensidad (truenos, petardos, tormentas, etc.).

2. Situaciones o ambientes nuevos y desconocidos, como el coche o el avión, o la separación del propietario.

3. Presencia de otros animales o personas que se comporten de forma agresiva o desafiante. Y también se encuentra el temor a los objetos inanimados, jaulas, etc.

B. APRENDIDOS: son estímulos asociados a experiencias negativas para el animal. Cualquier estímulo, si es asociado con una experiencia desagradable, dolorosa o que potencialmente pueda poner en peligro la vida del animal, o al menos su integridad, es capaz de generar miedo en él.

 LAS MANIFESTACIONES MÁS COMUNES

Podemos diferenciar dos tipos, por un lado, las orgánicas que generalmente son consecuencia del dolor, como los temblores, defecación y micción. Por otro lado, están las relacionadas con la conducta como intentar escapar, inmovilidad, agresión por irritación, comportamientos conflictivos como mecanismo de defensa.

QUÉ HACER

En el caso de los miedos y las fobias es más fácil anticiparnos a la reacción, porque están producidas por factores externos identificables. El problema es que la ansiedad es el resultado de la evolución de estos miedos y no suele responder a un estímulo exterior fijo.

Aunque nos resulte difícil es mejor evitar acariciar a nuestro animal y hablarle a fin de explicarle que la situación no es peligrosa. Tanto el tono suave de la voz como las caricias pueden ser entendidas por el perro como un premio o una gratificación por su conducta, es decir, por tener miedo. Por supuesto, lo que también debe evitar hacer el dueño es castigar a su animal, ya que esta actitud puede no sólo agravar el comportamiento en cuestión sino también deteriorar el vínculo con el perro.

El mejor camino a seguir es prevenir el problema proveyendo a nuestra mascota de una estimulación, una educación y un manejo adecuados.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

El miedo, las fobias y la ansiedad son respuestas a signos que pueden estar presentes en varías patologías de origen etológico, por lo que no son una enfermedad en sí mismas sino un síntoma más. Lo más importante es establecer un diagnóstico etiológico, que conste de un examen clínico completo, una entrevista para ver su conducta y un análisis para descartar causas orgánicas.

En definitiva, a la hora de controlar la salud mental de nuestras mascotas es fundamental acudir al veterinario ante los primeros síntomas para que nos asesore y no dejar que los miedos iniciales evolucionen hasta cuadros de ansiedad y alteraciones patológicas del comportamiento.

Actualmente hay cada vez mas profesionales que se dedican de forma exclusiva a las cuestiones de comportamiento. en Valladolid tenemos la suerte de contar con dos de estas profesionales.

COMPORTAMIENTO FELINO                 donpelanaslogo

Fuente:

http://veterinariostenerife.wordpress.com/


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BICHERÍAS | ENTRE HUELLAS Y BIGOTES

19 agosto, 2013 at 1:27 pm

[…] ¿MI MASCOTA TIENE MIEDO? […]